Por Roberto Sosa López
Pertenece a otro elemento, su vida es volar en busca del néctar de las flores; de muy pequeña cayó del nido, con un ala lastimada no pudo elevarse, sus padres humanos la rescataron, cuidaron y criaron como una niña humana. Las patas de los colibríes no las utilizan para caminar, su deseo es volar sin embargo Semiramis tendrá que decidir ser una niña normal o ser el ave que despliega sus alas para alcanzar su libertad.
Los colibríes son aves pequeñas que vuelan como los insectos, hacia adelante, a los lados o hacia atrás y se pueden quedar suspendidos en el aire. Semiramis es una niña que a sus dieciséis años de vida no encuentra su lugar en este mundo, siente que no está delineado para ella. Sin embargo su imaginación le abre la posibilidad de independizarse, ser libre y volar. Deberá tomar la decisión más importante de su vida.
La dramaturgia y actuación son de Fernanda Albarrán. Se trata de un monólogo con un personaje adolescente el cual nos habla de la generación millennials y los conflictos emocionales que enfrentan; se refiere a la relación con sus padres, el primer amor y saber cómo y dónde pararse en un mundo que no entiende, ni los entiende. A través de un texto bien estructurado, desdobla su personalidad entre una millennials y un colibrí.
Su actuación refleja buena preparación y talento; se trata de un espectáculo que ciñe danza aérea y teatro. Fernanda demuestra dominio de la técnica, colgarse entretelas por las alturas del escenario requiere preparación y muchas horas de ensayo. Su labor es dinámica, mucho trabajo corporal y así mismo reflexivo; crea un personaje lleno de matices, divertido y abstraído. Su actuación y relato conectan con jóvenes educados cultural y socialmente semejantes.
La dirección es de Alan Uribe Villarruel, quien entiende y empatiza con la autora; el resultado refleja complicidad entre ambos, horas de ensayo y la decisión conjunta de cómo contar esta historia y con qué elementos. Alan es experto en diseño de movimiento escénico, acá cuida a detalle los lugares por donde transita personaje y dramaturgia. El resultado es un espectáculo multidisciplinario donde teatro y danza aérea se adhieren favorablemente.
Cabe destacar el trabajo de Airam Castillo y Ana Luisa Gama en el diseño escénico e iluminación. El espacio está cuidadosamente intervenido, el decorado es con elementos que significan cada una de las escenas; representan otro tiempo, que no es de la protagonista; un garaje, librero, un aparato de televisión, grabadora y espejo entre otros; en medio una cama y arriba se desarrolla la danza aérea. Desde que se entra en la sala, el escenario te dice que la puesta en escena será interesante.
Yo no soy de aquí es una obra donde una joven toma de la mano al espectador para imaginar y volar libre como los colibríes en busca del néctar que dan las flores; desdobla su personalidad entre un avecilla y una joven millennials. Un espejo le devuelve la imagen de una mujer llena de conflictos, en las alturas es un ave en libertad; cielo y tierra forman una dicotomía en la cual vive Semiramis.
Las funciones son en el Centro Cultural el Hormiguero los sábados y domingos a las 12:00 horas del 23 de marzo al 26 de mayo.
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