Por Roberto Sosa López
Una tregua que permita a Mercè la “roja” seguir con vida, Consól la denuncia por comunista, en realidad su acusación es por venganza, descubre que es la amante de Josep su marido. Intenta sobornar a Empar, esposa de importante militar. El contexto es el de un gobierno fascista que no telera comunistas, la acusada es llevada a prisión y condenada a morir. Los militares la fusilan y creman su cuerpo. Josep queda pasivo, no hizo nada por evitar su muerte, solo la buscaba para saciar su apetito sexual.
Sin embargo Consól siente que Mercè sigue viva, pide ayuda a Andreu, el militar que ordenó el fusilamiento. Duda que esté muerta. Josep también la ve en su casa, lo acosa y asedia, como él lo hizo con ella. El fantasma se esconde en la casa de su amante, se hace presente en su vida íntima. Perseguida como una salamandra herida, habita agazapada en la imaginación y miedo de Josep y Consól
La dramaturgia es de Adolfo Sanchez, texto inspirado en el cuento La salamandra de Mercè Rodoreda (Barcelona 1909 – Romanyá 1983). El relato versa de una hermosa joven enamorada de un hombre casado; acusada de bruja por la esposa del hombre, es llevada a la hoguera, en medio de las llamas se transforma en salamandra, se escapa de sus enemigos y se refugia en la casa del hombre que amó. La versión de Sánchez sostiene la esencia del original.
Las actuaciones son de Alejandra Farah (Mercè), María Goycoolea Artís (Consól), Francisco Mena (Josep), Patricia Madrid (Empar) y Evan Regueira (Andreu), buen elenco, buenas actuaciones, equilibradas. Su trabajo logra que los protagonistas de esta historia ante la mirada del espectador sean creíbles. En cada uno de ellos habita el personaje. El subtexto es esgrimido adecuadamente.
La dirección es de Yulleni Vertti, logra en un reducido espacio desplegar el poder de la dramaturgia, no se le congestiona; las transiciones son correctas. Es evidente el trabajo en conjunto que realizó con su elenco, escuchó propuestas que se reflejan sobre el escenario. El resultado está bien logrado.
La puesta en escena es en un espacio limitado, esto no impide el buen desarrollo de la obra. La escenografía es mínima, con una mesa y sillas se da forma al relato; vestuario es adecuado a la época, trabajo realizado por Karla Gtz y Sahian Jaime. El diseño de iluminación es de Evan Regueira y Karla Gtz. Musicalización, Adolfo Sánchez y Farah León.
Un alto al fuego está escrito en catalán y castellano, un relato situado durante el régimen fascista y totalitario de Francisco Franco. La autora –que fue obligada a casarse y tener un hijo con su tío- vivió en el exilio a causa de la dictadura franquista. Su escritura fue una forma de liberarse y emancipar el pensamiento.
Las funciones son en el Centro Cultural El Hormiguero los miércoles a las 20:00 horas del 30 de marzo al 20 de abril. Función hibrida.
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