Por Fernanda Albarrán
¿Cuándo se es adicto a algo, a qué es a lo que realmente se tiene adicción?
Mark, Robin y Lulú viven en una casa donde todo es sexo y drogas. Mark decide irse y comienza su ¿rehabilitación? Robin y Lulú caen las manos de un religioso hombre de negocios que les incita a vender 300 pastillas de M. Por su lado, Mark conoce a Gary, un chico de 14 años sexoservidor con el ano desgarrado.
La obra nos muestra lo enfermos que están todos. La perdición y el dolor que habitan dentro de sus adicciones a las drogas, al sexo o a las personas.
La propuesta escénica apuesta por la estridencia. Pasan de la histeria a la seriedad a las risas generando cambios de emociones muy rápidos y fuertes. Quizás esto tenga la intención de mostrar el límite emocional en el que las personas jonkies se encuentran regularmente. Sin embargo esta estridencia termina por ser demasiada en decibeles y en recurso escénico, que además llega a afectar la dicción y el entendimiento del texto.
Hay algunas escenas que matizan la intensidad. Cómo la presencia de la tierna botarga mientras vemos la que podría ser la escena más violenta de toda la obra.
Shopping and fucking es un trabajo intenso y violento que aborda el derroche y la perdición en los placeres. A ratos uno se quiere dejar ir en esa perdición con los actores, a ratos quiere huir de esa saturación. ¿Y tú, te vas a dejar llevar?
Dramaturgia: Mark Ravenhill
Dirección: Sixto Castro Santillán
Traducción: Juan Carlos Franco
Elenco: Angie Bauter, Norman Delgadillo, Gonzalo Guzmán, Claudio Lafarga y Luis Vegas
Escenografía: Abimael Méndez Iluminación: Alejandra Escobedo Vestuario: Mau Arizona Multimedia: Yoatzin Balbuena Coreografía: Edgar Landa Teletubbie: Fernanda Aguiar
Shopping and Fucking lo podrás ver los lunes y martes a las 7:45 en el Foro Lucerna hasta el 21 de septiembre,
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