Por Roberto Sosa López
Igual que el personaje de "La vida es sueño”, Rosaura es valiente, independiente y determinada, es también un mensajero de esperanza que avanza hacia el futuro. A partir de este mitológico personaje María regresa a sus raíces para encontrar en un árbol su pasado y linaje, y desde allí dialogar con las mujeres de su familia.
La protagonista viste y construye distintos personajes femeninos en un viaje introspectivo que la lleva al encuentro con su pasado, la travesía simboliza el encuentro con Rosaura, el mítico personaje de la obra de Pedro Calderón de la Barca. En este ejercicio íntimo y reflexivo también veremos a María deconstruirse a sí misma.
La autoría y actuación son de María Balam, quien encuentra en este personaje analogías con su vida y las de sus antecesoras. Su texto lo escribe desde sus entrañas, allí indaga y explora emociones que le dan avíos para transmitir todo lo que representa sobre el escenario. El resultado es un monólogo que actúa con alma y corazón.
Rosaura, desciende es el mejor trabajo que he visto de María, se entrega, lo hace con rigor, matiza y crea. Se para sobre el escenario y nos muestra toda su capacidad actoral, su labor nos permite al inicio ver una mujer vestida como hombre –evocando a su padre-, se cambia y vemos a una sumisa e inconforme, igual una alegre que canta y baila gozosamente; emancipada, libre, sensual y seductora. Y también la que sufre y llora.
La obra se presenta con la dirección de ABSIDE; iluminación, Isaac Weisselberg; vestuario, Brisa Alonso; diseño sonoro Kevin García; coreografía, Patricia Kattkins. Producción general; María Balam y ABSIDE. Las funciones son en La Capilla Teatro los lunes a las 20:00 horas.
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