Por Roberto Sosa López
La acción es en una casa okupa –dice el boletín de prensa-, es México a inicios de la década de los ochenta del siglo pasado. Mariano llega a esta casa para quedarse a vivir con su hermana Isabel, casada con Pau. Él tiene un taller mecánico (con un bocho descompuesto), allí junto con Ramiro, Guillermo y Tony ensayan música de rock de aquellos años, se están integrando como grupo. Los acompaña María, novia de Tony.
La llegada de Mariano pone en riesgo la estabilidad de su hermana y pareja; se relaciona con un integrante del grupo. Isabel y Pau esperan un bebé, él vive agitado entre cuidar a su esposa, atender el taller y darse tiempo para ensayar con la banda. Mariano poco a poco trastoca la vida de unos y otros.
El violento Pau no lo quiere tener en su casa, Isabel queda emocionalmente atrapada entre ambos.
Puerto Deseo es una versión que escriben Mariana Giménez y Gabriela Guraieb a partir de "Un tranvía llamado deseo", de Tennessee Williams. Acá, Blanche DuBois protagonista del drama es Mariano y es gay; no es Nueva Orleans ni llegó en tranvía. Mariana y Gabriela visitan un clásico y hacen una adaptación libérrima de la original. La anécdota se parece en algo, no así tiempo y lugar.
La dirección es de Mariana Giménez, su trabajo es bueno, sabe dirigir, aquí lo demuestra nuevamente. Sabe por dónde transitar el drama y a su protagonistas. Cuenta con buenos actores y músicos; trabaja muy bien con Pablo Marín (Mariano), su actuación es sensacional, brutal, encarna genialmente a su personaje, sin embargo con Cristian Magaloni (Pau) no logra el mismo nivel, no lo veo en el personaje, no le creo (menos cuando toma el micrófono e intenta cantar).
Complementan el elenco Veronica Bravo (Isabel), Álex Gesso (Ramiro), Sunem Cedillo (María), Natael Ríos (Guillermo) y Santiago Alfaro (Tony). Bien en sus personajes, hay fuerza y rigor. Están en el mismo nivel, su trabajo es homogéneo. Están en otra época, pensar y hablar como en aquellos tiempos es el reto. La música la tienen bien ensayada, incluso Verónica se canta una rolita que le sale bastante bien.
¿Cuál fue el propósito de meterse con la más emblemática obra de Tennessee Williams...? ¿explorar el deseo? ¿mostrar qué a los humanos nos mueven las mismas pasiones sea donde sea y en la época que sea? Ahora escucho frecuentemente que hacer un clásico es anacrónico, que ya no tienen nada que decirles a las nuevas generaciones, entonces Mariana y Gabriela ven en este clásico la oportunidad de callarles la boca…creo.
Escenografía, Mario Marín del Río y Alita Escobedo; iluminación, Alita Escobedo; vestuario, Mario Marín del Río; música, Miguel Tercero; movimiento escénico, Luis Arturo Rodríguez. Las funciones son en el teatro Juan Ruiz de Alarcón de la UNAM de jueves a domingo hasta el 24 de noviembre.
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