Por Roberto Sosa López
Golpeteos, pulsaciones con las baquetas para tocar la batería. Andy le gustaría aprender, pero le cuesta trabajo, sin embargo lo que más disfruta es la cercanía de su amigo. En su adolescencia lo primordial es ser visto y aceptado; en esta etapa no sabe cómo demostrar su orientación sexual, sabe que le gustan los chicos, pero no sabe demostrarlo. Vive con su madre en compañía de su padrastro y sus hijos.
En el metro de la Ciudad de México encuentra la forma de relacionarse con desconocidos, se divierte, pero tiene miedo. El metro es un territorio para encontrar alguien que le guste, igual un sitio lleno de peligros para un jovencito desorientado. Su mamá no sabe lo que pasa con su hijo, él no sabe cómo decirle que su orientación sexual le provoca conflictos y no sabe cómo asumirlos.
De Aldo Martínez Sandoval, Percusiones es una sensible historia con un joven de 13 años de edad que desea ejercer su sexualidad vivir libre de prejuicios, sin estigmas que los señalen. La adolescencia es para los jóvenes una etapa complicada en muchos sentidos, la obra refleja el entorno que vive Andy y como lo trastoca, el contexto es una familia disfuncional; alcohol, sexo y violencia son los detonantes.
Al final de la función se efectuó un breve conversatorio guiado por la organización para la prevención del suicidio en juventudes LGBTQ+ The Trevor Project, en el marco de su encuesta anual en la que expone la vulnerabilidad de las juventudes diversas y la invitación a convertirnos en sus aliades. Se contó con la presencia de Alex Lara, vocero y equipo de contención de crisis en The Trevor Project.
Las actuaciones son de Daniel Páez, Alfredo Veldañes y Alejandra N. Ramos (Jandra N Ramos), bajo la dirección de Antón Araiza. Diseño de espacio e iluminación, Fernanda García; diseño sonoro, Bernardo Olvera, vestuario, Andrea Arrieta. Percusiones forma parte del ciclo “Entre Lenchas, Vestidas y Musculocas”. Le quedan funciones hoy y mañana en el teatro Sergio Magaña.
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