Por Roberto Sosa López
Evidencias, mínimas pruebas de la desaparición de Mario, vivía en Tijuana con sus hermanos Sofía y Juan. En la ciudad de México su novia Natalia y su madre deciden viajar hacia la ciudad fronteriza para encontrarse con ellos. Un fraude fue descubierto, Mario cambio la herencia de los hermanos a favor de Natalia. En Tijuana los indicios es para encontrar a Mario son casi nulos.
Los hermanos esperan la llegada de Natalia. Juan no está dispuesto a perder su parte; para Sofía el dinero no es lo más relevante, desea saber el paradero de su hermano. El encuentro en Tijuana descubre lo poco que sabían del desaparecido. Emocionalmente madura, la madre de Natalia –sabe que un pastel de chocolate puede ayudar a pensar mejor las cosas- toma protagonismo ante el dilema que provoca la disipación de Mario… ¿está vivo o muerto?
La obra le valió a su autora Bárbara Colio, el Premio Internacional María Teresa León para Autoras Dramáticas, España 2004. El protagónico de esta historia es un personaje que nunca aparece; Mario es el centro del relato, la tensión dramática está en torno a su ausencia. Colio construye su texto a partir de una ausencia y el encuentro entre dos familias físicamente distantes.
Cuenta con las actuaciones de Maha Sanchez, Assira Abbate, Samantha Coronel, Epy Velez y Rodrigo Virago. Sin duda un buen elenco que demuestra el buen trabajo en la creación de sus personajes. Mahalat muestra experiencia y sapiencia, Assira siempre dando todo sobre la escena; en Samantha y Rodrigo está la pasión y entrega; y Epy complementa con su talento.
La dirección es de Mauricio García Lozano, conoce bien al elenco, han trabajado juntos, sabe lo que a cada uno le puede exigir y cómo lograr que su desempeño sea como él lo requiere. Aprovecha el reducido espacio para desplegar la dramaturgia y el trabajo actoral. Su labor conjunta los dispositivos que componen el montaje de forma acertada. El resultado es bueno.
Pequeñas certezas es una historia que nos lleva desde la ciudad de México a la ciudad de Tijuana. La certidumbre que tiene la novia del desparecido es diametralmente distinta de los hermanos que viven en la frontera. La autora escribió su obra hace veinte años, hoy los desaparecidos cobran relevancia en un país que vive a diario este fenómeno. En la desaparición de una persona radica la diferencia entre ficción y realidad.
Iluminación y escenografía, Alita Escobedo; vestuario Giselle Sandiel; diseño y composición musical, Alfonso Olguín. El Conservatorio de Danza México y 25producción la presentan en el Foro Lucerna de viernes a domingo hasta el 29 de diciembre.
Commentaires