Por Roberto Sosa López
Nirvana, edén o cielo es lo que quizá Filoctetes esperó hallar al ser abandonado en ese lugar. Fue famoso por su arco y sus flechas, era uno de los pretendientes de Helena de Troya. Aunque partió con los buques griegos para participar en la guerra de Troya, comandando un contingente de siete naves, la mordedura de una serpiente provocó que fuera abandonado por los aqueos en la isla de Lemnos debido al hedor provocado por la herida.
Según un oráculo en el décimo año de la guerra, Troya solo podría ser tomada con el arco y las flechas que estaban en posesión de Filoctetes. La dramaturga inglesa Kae Tempest (1985) escribe Paraíso a partir de este mítico héroe, su versión conjuga la mitología y la modernidad. Odiseo quien abandonó a Filoctetes en la isla, regresa por él acompañado por Neoptólemo, viajaron a Lemnos y persuadieron a Filoctetes para que les acompañara de nuevo a la guerra, a Troya.
En la modernidad la isla está formada con plásticos, botellas y envases de PET que los humanos arrojamos al mar; en lo mitológico, en ella habita Filoctetes con una comunidad de mujeres que representan a quienes sobreviven de la basura, o podrían ser solamente un coro de espectadoras de la historia que atestiguan el paso del tiempo. Odiseo y Neoptólemo llegan en busca de Filoctetes –allí solo viven mujeres- una mujer que encarna a un hombre.
El elenco lo conforman Julieta Egurrola (Filoctetes), Luis Miguel Lombana (Odiseo) y Lucio Giménez Cacho Goded (Neoptólemo). Con Gabriela Núñez, Georgina Tábora, Nikhol Dahuach, Yessica Borroto, Alejandra Torreblanca, Sandra Cecilia y Priscila Rosado. Un reparto que conjuga experiencia y juventud, su trabajo es equilibrado; cumple.
Paraíso es teatro que visita uno de los mitos griegos desde la modernidad, y pretende hacerla atractiva y asimilable a las nuevas generaciones; el riesgo es no caer en el anacronismo y en lo incoherente; la mitología griega dialoga con los jóvenes de hoy, de acuerdo, la cuestión es que la analogía es muy básica. Si se tiene como protagonista a Filoctetes, hizo falta profundizar, creo.
Dirección, Enrique Singer; traducción, Alejandra Torreblanca; escenografía, Martín Acosta; iluminación, Matías Gorlero; vestuario, Estela Fagoaga; escenofonía, música original y arreglos musicales, Pedro de Tavira Egurrola; movimiento escénico, Erika Méndez; multimedia, Miriam Romero. Funciones en el teatro Juan Ruiz de Alarcón de jueves a domingo hasta el 17 de agosto.
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