Por Roberto Sosa López
Fábula, alegoría o metáfora. “La duda puede ser un vínculo tan poderoso y sustentador como la certeza…”, sermón del padre Flynn en la Iglesia de San Nicolás en el otoño de 1964. Flynn es un párroco querido por sus ideas progresistas, doctrinas que contrastan con la directora de la escuela, hermana Aloysius, una conservadora y rígida monja comprometida con su orden, las Hermanas de la Caridad.
La joven monja James revela a su superiora que Flynn tuvo un encuentro a solas con Donald Muller, el único estudiante afroamericano de la escuela. El aliento alcohólico de Muller y las circunstancias de la reunión, las llevan a pensar que entre ambos se produjo algún tipo de acercamiento sexual. Aloysius y Flynn entran en conflicto, la monja en presencia de James confronta al Padre con sus dudas.
John Patrick Shanley escribe la obra en 2004, se estrenó fuera de Broadway en el Manhattan Theatre Club el 23 de noviembre de ese año. Su autor ganó el Premio Pulitzer de Drama en 2005 y el Premio Tony a la Mejor Obra. En 2008, la obra fue adaptada como largometraje titulada Duda. Fue protagonizada por Meryl Streep como la hermana Aloysius y Philip Seymour Hoffman como el padre Flynn y fue nominada a varios premios de la Academia.
Duda, una parábola es un texto profundo sobre lo que un supuesto le puede significar al comportamiento de un sacerdote con un joven estudiante. La duda pone a prueba los votos y vocación del clérigo y la orientación sexual del joven monaguillo. El texto de Shanley es sólido, poderoso, cuestiona los valores y la ética de un sacerdote y lo que deriva de este conflicto. Excelente relato que incluso el espectador no tiene la certeza de lo sucedido. La duda deja de ser parábola.
Las actuaciones son de Emma Dib como la hermana Aloysius, de forma magistral construye y habita al personaje, la interpretación de una intratable monja es magnífica; Antón Araiza es el sacerdote Flynn, su labor es tan convincente en el enfrentamiento con Aloysius que provoca que el espectador dude sobre su comportamiento hacia el joven Muller. Espléndido el trabajo de ambos; un duelo de actuaciones muy interesante.
Conchi León da vida a la Sra. Muller y Ana Guzmán Quintero a la hermana James. La participación de Conchi es breve pero tiene el peso que el personaje requiere; los diálogos con la directora son contundentes, su actuación está bien equilibrada. Ana Guzmán encarna a la joven monja con solvencia; maneja adecuadamente el subtexto. En ella viven las emociones que el personaje siente, se las transmite al público.
Duda, una parábola es teatro de autor, sin parafernalia escénica (me hizo recodar el teatro que hacía el maestro Héctor Mendoza). Un poderoso texto en un escenario vacío se despliega a través de las excelentes actuaciones. La obra se recarga en el trabajo de los actores. La música en vivo de un violonchelo se adhiere al relato, Belén Ruiz toca el instrumento con sensibilidad y destreza.
Dirección José Sampedro; escenografía, Antonio Saucedo Azpe; iluminación, María Vergara; vestuario, Cristina Castañeda; adaptación al español, Enrique Arce y José Sampedro. Producción, Carlos Mtz. Vidaurri y Daniel Delgado. Funciones en el Foro Shakespeare los lunes a las 20:30 horas.
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