Por: Mariana Mijares (Twitter: @marianne_00)
Te compartimos cómo surgió el amor que las compañías que presentarán sus trabajos le tienen al
escenario.
6 LENGUAS 6 MUNDOS (Hidalgo)
“Surgió desde niña, cuando mi madre me llevaba a ver obras de teatro, luego jugábamos en casa
las tres hermanas”, expresa la producción.
CANCIONES PARA RONCAR (Baja California)
“En mi infancia, vi una obra donde actuaba una niña de mi edad, desde ese día soñé y trabajé
para estar en el escenario”, apunta la autora y directora Michelle Guerra Adame.
CHERÁN O LA DEMOCRACIA SEGÚN CINCO INDIAS RIJOSAS (Veracruz)
“Mi amor por el teatro surge por el juego, cuando niña mi hermana por primera vez me llevó a
ver una función de teatro, que no era ni siquiera dirigida para jóvenes audiencias ni nada,
simplemente fui a mis 7 años... Y vi que el actor creía en algo -que yo no entendía como se le
llamaba- pero él estaba ahí tomando su té, viviendo ahí, habitando un lugar, una emoción y
entonces todos los que veíamos también jugábamos a creer en eso: en que la taza tenía té
hirviendo aunque no hubiera nada. Pero a la vez ahí estaba todo: EN LA FICCIÓN”, dice la
actriz Karina Meneses.
“En lo personal, fue producto del azar en el momento que intentaba encontrar una vocación en
mi vida. Siempre me gustó la escritura y la forma teatral me resultó atractiva y adecuada para
experimentar con ella. En cuanto a la Orteuv –que es el sujeto principal de esta entrevista– tengo
que decir que se trató de una iniciativa universitaria surgida hace casi 70 años, en 1953 se dio el
primer montaje cuando la Universidad Veracruzana, que siempre ha tenido una inclinación o
vocación por la promoción artística, decidió que el teatro podía ser una herramienta eficaz para
complementar la formación integral de sus estudiantes. Desde entonces la Compañía Titular de
Teatro ha sido un instrumento muy activo y presente en la vida cultural de la ciudad de Xalapa y
particularmente de sus estudiantes”, complementa Luis Mario Moncada Gil, responsable del
proyecto.
EL COYUL (Oaxaca)
“Nació en el juego, en la infancia. Entre el polvo que produce el viento en medio de una
enramada, en el vaivén de la lumbre que abraza al comal, en las historias que se inventan en la
cabeza de una niña de pueblo, donde los actores (mis mejores amigos) eran dos perros, uno pinto
y el otro negro, con el gato que se dormía conmigo en la hamaca; ahí nace el amor, pero no se
nombra Teatro. Y lo que no se nombra, no existe.
El arte es innato en las comunidades, pero no cabe en nuestras referencias, porque ahí todo es
real, no se produce, se vive. Es hasta que salgo del pueblo que puedo nombrar al teatro, y
entonces me aferro a él, desde las uñas, desde el pensamiento, desde el ombligo, y desde luego,
desde el privilegio de poder acceder al arte, al teatro. Lo que se vive en Pelo de gato "un ojo al
teatro y otro al garabato" se comparte en las comunidades, que, como en la mía, no existe el
teatro hasta que se experimenta, para darle a las infancias otras miradas, para perdernos y
encontrarnos entre los diálogos y las imágenes” señala la autora y directora Esmeralda Aragón.
FLORES ROJAS (Guerrero)
“Nuestro amor por el teatro surge a la par de nuestra necesidad de compartir. Cuando iniciamos
nuestro colectivo, nuestra búsqueda principal era comunicar. Hay gran similitud de la mayor
parte de la compañía de cómo surgió nuestro amor por el teatro. Guerrero como tal, es un estado
con una infinidad de rituales, colores y teatralidad; en las danzas, iconografías, fiestas patronales
encontramos elementos que son inspiración y necesidad lo cual te genera ese sentido de
pertenencia. Encontrar estos elementos de nuestros territorios, la personalidad y cultura de cada
uno de nosotros, conocernos a partir de lo que sucede en el escenario, fue lo que nos llevó a amar
nuestro quehacer”, cuenta la producción.
JARDÍN (Jalisco)
“Buena pregunta. Me uní al taller de teatro cuando tenía 10 años. Las guías de ese proyecto
generaron un espacio de intimidad donde me sentí segura, acompañada y creativa. Tenía
curiosidad antes, pero el taller de teatro de Tapalpa selló el pacto (¿con el diablo? no lo
sabemos…)”, expresa la co-autora y directora Natasha Barhedia
LAS QUE SE QUEDAN (Chiapas)
“En el momento que me sentí libre, siendo yo y muchas otras personas a la vez, tomando mi voz
con la fuerza y confianza que te da el escenario, donde sabes que estás vivo, siendo, sucediendo.
Yo sólo quería aprender a decir cien palabras por minuto, y me descubrí feliz en mi primer clase
de actuación”, indica el director Darwin Castillo.
“Mi amor por el teatro surge en la adolescencia cuando me llevan de manera "obligada" (la preparatoria) a ver una puesta en escena, desde mi contexto y accesos no había visto jamás una
obra. Recuerdo esta era "Acteal, Guadaña 45" por Confines Teatro. En ese momento vi la magia en escena con las actrices y actores, parecía algo místico y yo quería estar ahí con ellas y ellos,
haciendo eso que no podía explicar, pero que me hacía sentir un torbellino de emociones.
Conocí, reconocí y me sumergí en la historia, que es uno de los sucesos más dolorosos en la
memoria histórica de Chiapas, fue ahí cuando comprendí que todas las voces merecen ser
escuchadas, que todas las historias deben ser contadas, que todas y todos podemos ser
provocados y conmovidos de diversas maneras”, añade Karla Sarmiento, responsable del
proyecto y productora.
MIEDO COME TODO… SUEÑOS AL VUELO (Tamaulipas)
“Justamente, buscando en la memoria he encontrado que el amor por el teatro nació de mis
hermanas, que hacían teatro sin saberlo, como una manera de amar y proteger. Creaban historias,
hacían instalaciones, guiaban recorridos y compartían mundos tan extraordinarios como posibles.
La huella que dejaron en mí esos momentos se ha vuelto afortunadamente indeleble”, cuenta
Fernando Leija Flores, el autor y director, además de Co-director de Flores TeatroDanza.
UN MONSTRUO VIENE A VERME (Coahuila)
“El amor por el teatro (como en la mayoría de los casos) y también viéndolo de la forma más
romántica posible, pero también realísticamente, surge desde los ojos al ser espectador desde la
infancia. En mi caso fue desde una temprana edad, acompañado de mi familia con el teatro
infantil y que fue desarrollándose con la distinta oferta teatral en mi localidad. No fue que
realmente me enamoré del teatro hasta que conocí la producción y todas las oportunidades y
posibilidades que hay detrás de ella. Y así fue que experimenté con el teatro, así hasta convertirse
también en parte importante de mi vida profesional”, apunta el productor Rodrigo González
Sánchez.
NOMBRES DE COMBATE (CDMX)
“Como a muchas personas, el amor al teatro apareció viendo obras de teatro que cimbraron
algo en nuestras mentes. Vimos un acontecimiento escénico que nos marcó, nos inquietó, y
pensamos que algo adentro de nosotros podía expresarse de esa forma: con cuerpos y palabras,
unos en presencia de otros, en un convivio directo con aquellos que se acercan a jugar con
nosotros” comenta el autor y director Martín López Brie.
PROYECTO VIRGINIA, EJERCICIOS DE FICCIÓN PARA RECONSTRUIR EL
MUNDO (CDMX)
“Desde pequeña mi mamá solía llevarme a obras de teatro y eventos culturales como las Ferias
de Libro, pero fue cuando entré a la secundaria y me uní al taller de teatro como materia optativa.
A partir de ese momento un mundo se abrió para mí y se volvió parte de mi vida. Gracias a las
enseñanzas de un maestro generoso y a la complicidad con mis compañeras y compañeros del
taller, fue que encontré en el teatro un lugar para ser, crear y soñar”, comparte la co-autora y
directora Karla Sánchez Kiwi.
SIEMPRE ESTOY. ¿SE PUEDE EXTRAÑAR A ALGUIEN QUE NO CONOCES?
(Aguascalientes)
“El teatro ha sido, en esos primeros encuentros, un lugar para el juego, la sorpresa, la reflexión
profunda, un espacio para compartir con personas distintas sobre nuestras preguntas más
sencillas y las más complejas también. Se convirtió en un momento de nuestras vidas para
explorar distintas maneras de organizar y resignificar nuestra experiencia sensible del mundo.
Nos despertó también un horizonte posible de sentido en el que cabía también que pudiéramos
contar y reescribir las historias que nos habitan, dignificarlas, multiplicarlas y llenarlas de otros
relatos distintos que compartieran una pregunta en común.
Así nos gusta creer que el teatro nos abrió sus puertas para encontrarnos a nosotrxs mismxs y
donde, a su vez, otras personas pudieran encontrarse y reconocerse en otrxs también. Hoy por
hoy, el amor hacia el teatro es nuestra decisión”, explica Gonzalo Quiroz, el co-autor y
responsable de este proyecto.
SOLUCIONES PERMANENTES PARA PROBLEMAS COMUNES (CDMX)
“Me enamoré del teatro en Ciudad Juárez hace más de diez años. En aquel tiempo las juventudes
juarenses vivíamos un situación muy complicada, ya que nuestro entorno estaba siendo sometido
a prácticas de guerra que nos despojaron de los espacios públicos. En ese entonces yo dirigía a
un grupo de teatro de jóvenes y nos reuníamos en un preparatoria. Con ellxs pude entender y
experimentar los procesos creativos como metáforas aplicables a nuestro desarrollo personal y
colectivo. Juntxs descubrimos al teatro como un espacio de refugio, reconstrucción y resistencia
en el que es necesario abrazar lo somos en lo personal, para encontrar nuestra coordenada en lo
público” indica Francisco Ibarra, autor y director del montaje.
TEBAS LAND (CDMX)
“Diría que surgió cuando mi papá me llevaba a los conciertos de música clásica y al teatro
cuando yo era niño. Había algo inesperado y profundamente emocionante en el prodigio de
experimentar algo que de pronto se volvía otra cosa ante mis propios ojos. Magia” señala el
director Mauricio García Lozano.
TODOS SOMOS BRAIAN (Jalisco)
“Esta obra se creó en el año 2019 como parte del proyecto: "La Gran Resistencia”, realizado con
el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, a través del Programa de Fomento a
Proyectos y Coinversiones Culturales (2018) surge de la necesidad de generar un montaje a partir
de las inquietudes de las chicas y chicos que forman parte de Pequeños Creadores Teatro, en una
nueva etapa que comenzaron a transitar, la adolescencia, su sentir sobre el crecer y las dudas y
emociones del primer amor”, finaliza Viridiana Gómez la co-directora del montaje y de
Pequeños Creadores Teatro.
Si tuvieran que hacer memoria, ¿cómo dirían que nació su amor por el teatro?
Mel Fuentes: Desde pequeña me di cuenta que el teatro era un lugar especial, en el cual, quien ocupa el escenario, tiene el privilegio de ser escuchado y respetado. Creo que eso fue lo que siempre busqué en el teatro: poder decir las cosas que me importaban y que de pequeña no eran escuchadas.
Miguel Jiménez: Nació cuando fui al circo a los 5 años. Ahí supe que la posibilidad de la magia en escena existe, supe que quería ser como persona.
Medín Villatoro: Desde pequeño sentí el llamado de la actuación. No tengo muy claro en qué momento, pero se fue esclareciendo con el tiempo. El teatro se me presentó de manera lúdica en la escuela y mis ganas de compartir y jugar siempre han estado presentes desde ese momento.
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